Rincón para Solteros

Según mi infructuosa pero divertida experiencia en las sórdidas labores amorosas, podría hablar con cierto nivel de certeza sobre los reencuentros con las ex y las segundas oportunidades.

En mi opinión, existen tres criterios importantes por los que un reencuentro con la ex podría avivar lo que hubo y que el viento se olvidó llevar.

1) Relación intensa

Todo juego tiene un riesgo, y el juego del amor no es ajeno a manejar el riesgo de quedar herido. Mientras más te elevas, sería más dura la caída. Y es cierto, sin embargo algunas personas se rehúsan a aprender y por el contrario cometemos tontamente el error de enamorarnos sin poner tantas barreras. Por ello las heridas en la piel son mucho más profundas.

2) Terminar sin terminar

Uno de los peligros que podrían afectar nuestras siguientes relaciones se debe a que no se ha terminado completamente la relación anterior. Dejar cosas pendientes o quedarse con la sensación de que no es el último capítulo, es un error fatal. Hará que la otra persona entre y salga de nuestras vidas de manera arbitraria, moviéndonos el piso caprichosamente y eso impedirá que podamos empezar una nueva relación sana.

3) Buen sexo

Uno siempre recuerda a la persona con la que se tuvo un sexo perfecto, donde los dos cuerpos encontraban complementariedad y sincronía. En muchos casos el sexo es un factor vital en una relación, y así debería ser.

Un manejo mal intencionado de los criterios expresados podría hacer que el reencuentro con la ex, se convierta en una segunda oportunidad.

Por ello creo que es mucho más fácil que renazca la pasión mas no el amor. Dado que en una segunda oportunidad uno en teoría podría identificar en forma inmediata si se mantiene la principal razón que causó su respectivo desamor, que es por cierto más interesante que el propio amor.

En forma personal, me declaro un eterno enamorado de mis ex, menos de una. Y cada vez que existe un reencuentro, luego que superan la etapa del odio y/o acoso medio enfermizo, queda la esencia de la relación, enfocada a un nivel amical.

Porque aunque la relación no haya funcionado queda el gusto físico, la admiración, el respeto, la química, etc. que dependiendo de las circunstancias, son tan importantes como el propio amor.

No volverás oscura golondrina. Y ni creas que me mueves el piso aún.

say no more

Ya lo dice el viejo y conocido refrán ‘donde hubo fuego, cenizas quedan’. No obstante, este es erróneamente utilizado la gran mayoría de las veces –si no todas. Usualmente, se alude a esta frase presumiendo que siempre existe un atisbo de brasa latente entre dos personas que sostuvieron una relación intensa, del que podría surgir una nueva pasión. Sin embargo, el verdadero significado de la misma no guarda la más leve relación con esta aserción, por el contrario, casi la niega.

Obviamente, a partir de un cúmulo de cenizas no puede nacer ningún fuego. Así, es claro que esta frase alude a los indicios, los sentimientos y emociones posteriores a la extinción del apasionamiento, los rezagos de una llama que fue y que nunca más será.

La gama de sentimientos y emociones puede ser la más variada. Puede ir del amor al odio, pasando por la amistad, la antipatía, el cariño o la repulsión absoluta, pero, nunca la indiferencia. Simple lógica: Si hubo fuego, entonces hay cenizas. Si no hay cenizas, entonces no hubo fuego.

En el supuesto de que dos personas que vieron sofocada la pasión que los unía, tiempo después, se reencuentren con ese mismo ardor, implicaría que este en realidad nunca fue extinto, sino que, solo vio aminorada su intensidad a la espera de una brisa que avive nuevamente la llama.

(No vendría mal una parrillita con sus respectivos vinos para el intercambio de regalos. Por ahí que se puede avivar más de un fuego)