Rincón para Solteros

Todos en algún momento nos hemos cruzado con uno, pues nadie esta libre de su acecho. Cuando estás saliendo con alguna chica o esta ya es su pareja, siempre queda la terrible sensación de los chacales merodeando a esa persona especial. Pero, dependiendo del grado de confianza que uno tenga con esa persona, existen diversos grados de "serruchos" que no significan una amenaza en lo más mínimo. Sin embargo, existe uno que es de temer. Algo así como un "metecabe" glorificado, el "serrucho" por excelencia al que me gusta llamar "Mr. Shiny Guy". Y es que el maldito sujeto parece haber sido hecho de cromo lustrado: peinado brillante, afeitada impecable, anteojos cristalinos (si los tuviera), porte varonil y elegante, vestimenta deslumbrante, zapatos relucientes, sonrisa de comercial de Colgate y encima, con carisma. Sus compañeras se derriten por él, sus compañeros lo envidian y hasta lo admiran. Un sujeto intimidante en muchos sentidos para el orgullo masculino, incluyendo el aspecto material, con EL carro (reluciente, también), LA casa (abrumadoramente pulcra), LOS gadgets (celular tan brillante como el platino, reloj deslumbrante como el oro, etc), LA esposa (si la tuviera, tan deliciosa como nuestros más húmedos sueños), y así, una larga lista de elementos en los que somos superados en tal grado que nos sentimos mínimos en comparación.

Y oh, tres veces oh, ha osado posar sus brillantes pupilas en nuestra pareja/objeto de afecto.

Por supuesto, uno no puede quedarse de brazos cruzados cada vez que presencia una amena conversación entre esa persona especial y el sujeto en cuestión. Siempre esta presente esa ansiedad incómoda por abandonar la misma habitación y llevarnos bien lejos de las fauces del maldito ese a nuestra persona especial.

Pero ahí no queda la cosa. Sucede que todo el planeta - incluyéndote a ti - se ha dado cuenta de que Mr. Shiny Guy anda detrás de ella, el objeto de tu afecto, cual tigre acechando a algún antílope desprevenido en la sabana africana. Lamentablemente, el objeto de tu afecto no es parte de ese planeta, y ella, por alguna extraña razón, no se da cuenta de las intenciones del despreciable sujeto.

¿Qué hacer ante una amenaza de ese tipo? Los menos precavidos tomarán cartas en el asunto y, el día menos pensado, pondrán en su sitio a ese que osa intentar arrebatarte a tu amada. Orgullosos por haberlo hecho, regresarán con ella y les dirán que han sido salvadas de las garras del indeseable, estirando los brazos en espera de una efusiva muestra de agradecimiento. Grave error. Al llegar con ella, solo se darán contra el muro de su desprecio. "¿Cómo se te ocurre hacer algo así contra el? ¿Acaso ha hecho algo para que pienses mal? ¿No ves que es la persona más noble y linda del mundo? ¡Él tenía toda la razón, eres un egoísta abusivo que solo piensa en sí mismo!". Bien jugado, campeón. Lo único que conseguiste es confirmar todas las patrañas que Mr. Shiny Guy le hizo creer a tu chica y se la entregaste en bandeja de plata, decepcionada de ti y con ganas de consolar a ese angelito del señor, futuro postulante a ser canonizado.

Ya sea su colega de trabajo, su admirable jefe, su instructor de gimnasio, su noble ex, su entrañable compañero de clases, su atento profesor o su cliente favorito; esté soltero, casado, viudo o divorciado, el indeseable "Mr. Shiny Guy" siempre estará presente en nuestras vidas, de una u otra forma y en múltiples ocasiones. ¿Lo más recomendable para tratar con estos sujetos? Honestamente, no lo sé. Pero lo que sí sé es que un día yo también seré ese "Mr. Shiny Guy" para alguien más.

"¿Y dices que ese es tu jefe? ¿Y que ayer te invitó a almorzar?"