Se equivocaron ayer, se equivocan hoy y se equivocaran mañana. No hay nada que hacer. Parece que lo hicieran a propósito, pero no. Es peor aún, si lo hicieran intencionalmente, al menos se comprendería que padecen de algún trastorno masoquista y que, a pesar de todo, alcanzan cierta satisfacción ante el sufrimiento provocado por el imbécil de turno. Pero, no, o, al menos, no del todo: definitivamente, hay chicas que tienen un complejo de mártir irremediable. Todos tenemos alguna amiga o conocida que siempre le hace caso al tipo con el que todo el mundo le aconseja que no esté. Tiempo después, ella termina mal, llorando sus penas y jurando que no le va a volver a pasar. ‘Nunca más’, se dice a sí misma y a sus mejores amigas, pero todos sabemos que pasa con esas promesas.
También están aquellas que tienen complejo de reformadora de la personalidad. A quién no le resultan familiares frases como ‘yo lo voy a hacer cambiar’ o ‘conmigo va a ser diferente’. Al final, terminan igual que las mártires: jodidas, llorando y prometiendo. Si tienen este complejo, vayan de voluntarias al Centro Victoria, no se metan con estúpidos.
Por supuesto, no todas son una sarta de acomplejadas. De hecho, la mayor parte se equivoca porque se ilusionaron, por inexperiencia, candidez, porque el tipo se presento justo en un momento en el que se encontraban con la guardia baja o, simplemente, porque el amor es ciego. Y se acabó. A cualquiera le puede pasar. “Que levante la mano, quién no lloro un adiós, que levante la mano, quien no sufrió por amor”.
Lo inconcebible es que se equivoquen a cada rato. Cometen el mismo error cincuenta veces y lo siguen haciendo, y después salen con ‘debí aceptarte’. No jodan pues. Cuántas veces tienen que cagarla para aprender. Obviamente, no son todas, pero las hay, y muchas, las ha habido y las habrá. Como constancia, el testimonio en audio de dos maestros, un vídeo para recordar a una de las joyitas con las que salía Winnie Cooper y la breve anécdota de un aprendiz.
‘Yo la quería patita’, Jorge, el carreta, Pérez.
‘Triste y vacía’, Héctor Lavoe.
Eddie Pinnetti never forgets.
Era yo un tímido escolar, aún párvulo e imberbe, enamorado de una compañera de mi salón. Ella, unos meses menor, pero ya con alguna experiencia (ellas siempre maduran antes y saben más), se sentaba justo delante de mi. La miraba desde hacía dos años, pero en ese último me moría por ella. Su mejor amigo y confidente –siempre haciéndose de rogar- me informaba de su ex (fumón de por su barrio) y de su actual (guía de confirmación tramposo –valga la redundancia)
Un día, llegó con la primicia. ‘Ya terminaron’, me dijo, y fue casi como si me diera un espaldarazo. ‘Ahora es cuando’.
Después de varios intentos fallidos, llegó el día. Nos encontramos en una heladería, cerca de su casa. Por cierto, llegó media hora tarde. Pero, como yo llegué más o menos diez minutos antes, pasé como tres cuartos de hora sentado en un mesa de una heladería vacía, mientras el encargado me miraba con cara de ‘y este chibolo qué mierda quiere’, con la incertidumbre de si irme o seguir esperando, mientras puteaba y reputeaba en mi mente.
Por fin, llegó. Uffff, al menos no me habían dejado plantado. Le invité una gaseosa y después de alguna broma, comencé con mi monse discurso -repasado y pulido mentalmente como cuatro veces durante la noche y otras tantas antes acudir a la cita, en mi casa y en el micro-.
No me dijo ‘no’. Valiéndose de su basta sapiencia, me metió un rollo que ni Valle Riestra. Al final, pude deducir que la respuesta era negativa. En síntesis, me dijo que acababa de terminar con el guía y que aún no estaba preparada para otra relación. ‘Bueno pues, qué se va a hacer. Aún no está lista’, pensé. Mi inexperiencia e ímpetu me jugaron en contra. ‘Todo era cuestión de tiempo’, supuse animándome.
Tres semanas después, ella ya estaba con un idiota al que habían pasado a nuestra sección por su mala conducta. Esta vez sí las chuntó todas: además, era fumón y tramposo.
EL PLACER DE BESAR!!!!!!
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No hay nada más rico que un buen beso. Ese primer beso que nos damos la
primera vez, ese primer contacto es muy importante para decidir si queremos
volver ...
Hace 14 años
6 opinaron:
Adelanto algo que se viene en mi post... pues en estos casos como siempre digo dejalas ir, "La vida es como el futbol, siempre te da revanchas" ustedes tomen esa frase como mejor les paresca.
nuestro siguiente programa.... "Himura... casos de la vida real"
mejor..."pare de sufrir" ..
ja! ...
Es muy cierto lo que dice Himura...
la vida te da revanchas... y que revanchas!!! ...
=b
en definitiva creo ke todos hemos pasado por esta circunstancia, y pues por eso tenemos esa idea de ke siempre se ekivocan.
así de simple!
Como tu lo dices, el amor es ciego, pero muchas veces nosotras tambien nos cegamos y perdemos el tiempo atras de personas que no valen la pena o que no son asi de sencillo.
La vida es asi, a veces te das cabezasos contra el suelo, pero creo que es todo un aprender.
Cada vez que vas creciendo vas teniendo mas experiencia, madurez, y creo que ves las cosas de distinta manera.
oe q tal choteada.. yo q tu no la pongo en publico jajaja mentira..
saluditos...
Uy pobres de nosotras !Tan idiotas! Como si ustedes no fueran idiotas, además. Siempre andan quejándose luego de las ex: Que mira cuan puta esta, mira cuan descarada y sangrona esta otra.
¿Será que al chico lo chotearon por feo o por lorna?
El círculo de costumbre de crueldad que rompe el corazón va por ambos lados. No es exclusivo de un sólo género.
Y la cosa no es ser idiotas, al contrario, caer en otra pareja mala es bastante triste.
Buen blog... Interesante.
Iris
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