Ya lo dice el viejo y conocido refrán “de gustos y colores, no han escrito los autores”. Y al tratar acerca de nosotros, el ser humano, la especie dominante, el animal racional -pero, animal al fin y al cabo- no existe verdad más absoluta.
Independientemente del género, raza, edad, estado civil, nivel socioeconómico, opción sexual y de todas las demás circunstancias que nos diferencian de unos y nos asemejan a otros, nuestras preferencias, gustos, apetitos o debilidades son tan heterogéneas que, si bien pueden presentarse coincidencias, también pueden ser totalmente opuestas. Y si de nuestra sexualidad se trata, con mucha más razón. Nadie sabe lo que pasa debajo de las sabanas, en la cocina, en un baño público, en el ascensor, en el entrepiso de un edificio, en un parque mal iluminado o en el carro. Nadie.
Indefectiblemente[1], lo que puede matar la pasión de unos, puede generar el más vehemente e irrefrenable impulso sexual de otros. Así, unas uñas mal cortadas y pintadas del rojo más encendido y más puteril que ofrezca la vecina que vende cosméticos, adornando unos pies descuidados y magullados por el constante uso de tacones altos, puede despertar el más ardoroso e implacable deseo del parroquiano más recatado y circunspecto[2]. Asimismo, unos pies pequeños, provistos de unas medias tobilleras con figuras de flores o animalitos, acompañando unas piernas sin rastro de vellos, largas y torneadas, pueden avivar el morbo más recóndito.
Por esto, hablar de situaciones que puedan inhibir el apetito sexual es un poco más complicado que enumerar algunas de las que podrían hacerlo. No obstante, si de ‘matapasiones’ se trata, probablemente el mayor de ellos sea la transgresión[3] del respeto -que debería ser- inherente al acto sexual. Un comentario o un gesto impertinente pueden bastar para joder completamente un buen momento.
Cabe subrayar que no a todo el mundo se le falta el respeto de la misma manera. Hay mujeres a las que les gusta que las transgredan un poquito.
1 Que no puede dejar de ser.
[2] Que se conduce con prudencia, seriedad, decoro.
[3] Violación de un precepto.
Las disculpas del caso a los otros solteros que comparten este rincón por la prolongada ausencia (circunstancias de fuerza mayor) y la seguridad del compromiso asumido.
EL PLACER DE BESAR!!!!!!
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No hay nada más rico que un buen beso. Ese primer beso que nos damos la
primera vez, ese primer contacto es muy importante para decidir si queremos
volver ...
Hace 14 años
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