Rincón para Solteros

Interesante ideología, esta del machismo. Sus influencias, al menos en este país, estan fuertemente arraigadas, no solo entre los hombres, sino también entre las mismas mujeres, sobre todo en provincias. Recuerdo que una amiga que conocí en provincia tenía la costumbre de invitarme - si, dije invitarme, o sea, yo no pagaba nada - a comer postrecitos casi todos los días. A la hora de pagar la cuenta, ella siempre me daba el dinero por debajo de la mesa. La primera vez me pareció raro, y cuando le pregunté por qué hacía eso, ella me contestó: "¿Cómo se te ocurre que una mujer va a estar pagando la cuenta? ¡Eso es trabajo de los hombres!".

Obviamente, puse cara de "WTF?".

En los tiempos de nuestros abuelos, la sociedad exigía otros estándares. El hombre, como cabeza de familia y único miembro trabajador de la misma, debía cubrir todas las necesidades de los miembros de su familia. La mujer, como parte de la familia, solo se dedicaba a los quehaceres del hogar. Las cuentas eran trabajo de su esposo, ella solo debía tener la casa arreglada, los hijos bien criados y su aspecto impecable para su marido. Por eso, en aquellos tiempos, los hombres pagaban la cuenta para demostrar a las mujeres que eran capaces de cubrir todas sus necesidades sin chistar. Pero desde aquellas épocas las ideas han cambiado. Ahora la mujer también trabaja, y también es perfectamente capaz de llevar un pan a la casa. El hombre ahora comparte las responsabilidades domésticas en el matrimonio, y los gastos de la casa van compartidos (así como los posteriores gastos del divorcio XD).

Si las mujeres se ganaron el derecho a ser tratadas como iguales por los hombres, pues que honren este derecho aportando capital también ¿no? Porque cuando se trata de puestos de trabajo, ellas son iguales, pero cuando se trata de matar insectos, pagar cuentas o invitar a un hombre, ellas son el sexo débil XD.

Sin embargo, muchas veces el orgullo masculino impide que las mujeres tomen la iniciativa. Es por orgullo masculino que decimos "no te preocupes, yo pago", así nos quedemos sin dinero para el taxi de regreso, con tal de demostrar que somos machos proveedores y que podemos cumplir con sus exigencias. Y también es por orgullo masculino que preferimos evitar las bromas de nuestros amigos: "¿Ella pagó la cuenta? Uyayay, que mal hermano, yo pensé que eras un caballero".

En mi caso personal, cuando se puede, se puede, no pongo caras, no chisto, no digo nada. Invito por el gusto de invitar y porque me siento bien al hacerlo, sin ninguna obligación. Pero cuando no se puede, no se puede, y no queda otra que compartir gastos. Ahora, si las mujeres fueran tan "caballeras" como para decir "¿Vamos a medias?", el mundo sería distinto y más feliz para nuestros dolidos bolsillos =P.